Un equipo de investigadores rusos ha revivido una planta con flores fértiles a partir de tejidos de un fruto de 30.000 años de antigüedad enterrados en el hielo siberiano.
El permafrost -una capa de hielo de varios cientos de metros de profundidad y que cubre casi el 20% de la superficie de la Tierra- alberga restos de una gran cantidad de microorganismos viables, muchos de los cuales han sido revividos por los investigadores.
Hasta hace poco, sin embargo, no se habían encontrado en esos depósitos restos viables de plantas con flores. David Gilichinsky y sus colegas del Instituto de Problemas Biológicos en Moscú desenterraron del permafrost los frutos y semillas de unas plantas herbáceas, Silene stenophylla, que florecían en el Pleistoceno.
Al parecer, las plantas se congelaron rápidamente y se conservaron intactas. Y ahora, a través del cultivo de tejidos y micropropagación, los autores han conseguido regenerar las plantas fértiles, que florecieron un año más tarde en macetas de laboratorio.
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